miércoles, 31 de agosto de 2016

SOMOS DOS DEDICADO A TODOS LOS MATRIMONIOS.


TEMA: EL PERDON EN LA FAMILIA DE DIOS

El perdón en la familia de Dios

Efesios 4:31-32.

Quítese de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
INTRODUCCIÓN.

Hoy veremos un tema de vital importancia para la Iglesia de Dios, es necesario ser obedientes al Señor en esta área de la vida de un creyente puesto que nos puede llevar al fracaso y a la pérdida de la comunión y del éxito con Dios.

Es importante recalcar que el perdón del cual trataremos el día de hoy se refiere al perdón entre los creyentes, dentro de la familia de Dios, muchos conceptos no son aplicables entre los no creyentes, y el cristiano es el único que puede llevar a cabo el perdón bíblico.

Una Iglesia que no se ejercita en esta práctica es una congregación fría, indiferente a las necesidades del mundo y a la voluntad de Dios, es una Iglesia que se pudre por dentro puesto que está contaminada por la amargura almacenada en el corazón de los creyentes.

DESARROLLO.

¿QUE ES EL PERDÓN?


Viene de la palabra aphiemi y significa despedir o apartar. Este es el significado fundamental del perdón a través de las escrituras; es decir, separar el pecado del pecador.

La base fundamental del perdón se encuentra en el sacrificio de Cristo en la cruz. Todo el perdón, tanto divino como humano tiene como base este sacrificio.

Is 43:25. Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordaré de tus pecados.

Mt 26:28. porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.

Lo que Dios hizo con nuestros pecados fue quitarlos de sobre nuestra persona y depositarlos en la persona de Cristo, donde fueron redimidos; el castigo y la justicia se cumplieron en la persona de Jesús y el pecador queda libre del pecado y de la culpa, por tanto, también del castigo. Debemos notar que Dios cumple su justicia una sola vez, por eso es que él olvida el pecado y no inculpa más al pecador.

Es de notar que el perdón y el pecado están íntimamente relacionados, si no hay pecado no hay motivo para el perdón y viceversa. No es ligero el pecado, esto implica también que el acto del perdón no es algo sin importancia, como muchos a veces lo tratamos, el perdón es un acto inspirado por Dios y cada creyente debe tomar el acto del perdón tan serio como Dios lo toma hasta la fecha, tanto si está del lado ofensor o del lado del ofendido.

TIPOS DE PERDÓN.

Existen dos tipos de perdón, el Divino y el humano. El segundo tiene como modelo el perdón divino, mas está pervertido por causa de la caída del hombre y de su mismo pecado.

¿En que se distinguen el uno del otro? En que el perdón humano pasa por alto la ofensa y por eso es tan difícil a veces otorgarlo, en la práctica esto ocurre cuando la ofensa pasa desapercibida o cuando existen circunstancias adicionales de unión entre el ofensor y el ofendido.

Dios no comete un acto de injusticia al perdonarnos puesto que el separar el pecado de nosotros es para tener total libertad para castigar el pecado, puesto que el ama al pecador pero odia al pecado. Si tratase el pecado sin esta separación él tendría que tratar con el pecador también, cosa que ocurrirá en el infierno para aquellos que no acepten el perdón de Dios a través de Cristo Jesús. Jesús es la propiciación por el pecado porque él es el depositario de la culpa y esto nos libra de la misma.

Al haber justicia por el pecado no hay más delito ni culpa, la ofensa ha sido satisfecha, el perdón se otorga puesto que no hay culpa a perseguir.

Para que ocurra el perdón se necesitan tres partes: El ofendido, el ofensor y el depositario del pecado. Muchas veces pensamos que solo dos son necesarios. Esto es lo que distingue el perdón humano del perdón divino. El hombre pasa por alto el pecado. Dios lo castiga, redime y olvida en su hijo Jesús.

¿QUE ES NECESARIO PARA PERDONAR?

Veamos un texto que nos enseña lo que se necesita para perdonar:

Mateo 18:21-35.

Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Un espíritu perdonador. Que está compuesto por dos elementos:

1. Conciencia del propio pecado personal. Cada uno de nosotros es también un pecador que comete ofensas y pecados principalmente contra Dios

2. Un deseo personal de perdonar. Al tener presente lo anterior y haber experimentado el perdón divino, es necesaria un decisión personal, así como Dios tomó la decisión de perdonar a los pecadores que le había ofendido grandemente.

¿POR QUE ES NECESARIO PERDONAR?

Porque toda falta de perdón produce siempre un alejamiento.

Y porque al quedar una ofensa o pecado pendiente siempre produce amargura de quien la sufre. El que guarda una raíz de amargura en su corazón está pecando directamente contra Dios y no puede tener una vida de éxito y provecho en el Señor.

¿QUE PASA CUANDO NO SE PERDONA?

Veamos algunos textos antes de contestar esta pregunta.

Mateo 6:12-15. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amen. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

Marcos 11:25-26. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.

Lucas 6:37-38. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

Efesios 4:31-32. Quítese de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Principalmente se tiene un pecado pendiente contra Dios. Cuando nosotros vamos a Dios para pedir perdón de nuestras ofensas y no hemos perdonado, él desea que confesemos primero la violación al segundo pecado más grande que cometemos contra él: No amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Se está solicitando el perdón para si mismos, pero no estamos dispuestos a concederlo a otros.

Dios desea que practiquemos el carácter que está formando en nosotros, cuando no perdonamos, lo que está sucediendo en nuestro interior es que decimos que somos superiores a Dios y que la ofensa cometida es mayor a las que ofenden a Dios y que esto no puede ser perdonado, ¡Cuando nosotros estamos ofendiendo a Dios con esta actitud! Y poniéndonos en una posición más difícil que la de aquel que nos ofendió.

¿Cómo Dios nos puede perdonar un pecado cuando no hemos confesado otro? Creo que la respuesta es fácil. 

Y como se vio anteriormente el fracaso personal está a la puerta, hay una división entre Dios y nosotros. Esto no se puede dejar para después.

Se pierde la visión espiritual y las divisiones en la Iglesia no se dejan esperar. La obra de Dios se realiza en la carne y no por el poder del Espíritu Santo. La Iglesia se ve gravemente afectada cuando sus miembros no practican el perdón entre ellos. Los perdidos son los principalmente afectados cuando un creyente no perdona porque no predicara el evangelio de Dios cuando él mismo no lo vive.

¿POR QUE NO PERDONAMOS?

Por causa directa de pecado. Veremos algunas razones a continuación:

1. Por orgullo. ¿por qué me he de humillar perdonándolo?

2. Para castigar al ofensor.

3. Porque esperamos un mal en el ofensor para restituir la ofensa.

4. Porque queremos un castigo de acuerdo a nuestra justicia.

5. Es su problema, no el mío.

En todas las razones anteriores hay un pecado personal de por medio. Debemos preguntar a Dios: ¿Que pecado mío me impide perdonar a esta persona?

Hechos 3:19. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.

¿QUE DEBEMOS TENER EN CUENTA PARA PERDONAR?

1. Que nosotros también hemos sido perdonados.

Efesios 4:31-32. Quítese de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

2. Que Cristo ya perdonó ese pecado.

Colosenses 2:13. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

3. Que el pecado es contra Dios y de rebote contra nosotros.

Salmo 51:4 Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra.

¿CÓMO DEBEMOS PERDONAR?

Efesios 4:31-32. Quítese de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Al tener la convicción de que perdonar es separar el pecado del pecador nos lleva a perdonar como Cristo nos perdonó. No viendo la ofensa cometida a nuestra persona, sino el problema del pecador con Dios, porque a eso se reduce el pecado, a un problema con Dios.

Cuando esto ocurre en mi corazón, mi interés no está centrado en mi, en lo que me ofendieron, sino en el otro, en que si actúa de esta manera, es porque algo pasa en su relación con el Salvador, es grave que un hijo de Dios no ande en comunión con su Señor, entonces me interesa tu persona, tu relación divina, te voy a ayudar para que la recuperes.

No te voy a reclamar tu mala acción, sino que tu conducta muestra que tienes un problema de comunión o de visión en la vida espiritual, ya no te reclamo, ni te juzgo, sino que juntos buscamos la solución a tu problema, lo mío es después, porque cuando regreses a la comunión con Dios comprenderás entonces cómo me has afectado.

Sin embargo se presentan ciertas preguntas acerca de la práctica del perdón, veámoslas: ¿Quién da el primer paso? ¿Debo a esperar al arrepentimiento del otro?

En esto Cristo nos da el ejemplo: Lc 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Veamos la actitud de Esteban en Hch 7:60 Y puesto de rodillas clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y la de Pablo en 2Ti 4:16 En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta.

Cada uno de ellos dio el primer paso para el otorgamiento del perdón, y esto nos lleva a ver lo que yo llamo: el acto del perdón y el acto práctico del perdón.

El acto del perdón. Jn 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna, el perdón de Dios ya está dado, él ofreció perdonar a los hombres, los hombres no pueden decir que Dios no les quiere perdonar, eso está claramente expresado a todo lo largo de la Biblia. Dios dispuso en su corazón perdonar a los pecadores y lo anunció claramente para que lo supieran. Tenemos un ejemplo de la universalidad del perdón en 2P 2:1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.

El acto práctico del perdón. Hechos 3:19. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. El perdón es nuestro y gozamos de él cuando ocurre el arrepentimiento y la confesión, pero esto es una respuesta del pecador y no del ofendido, esto es importante notarlo, el pecador no gozará de los beneficios del perdón hasta el arrepentimiento, pero ese es problema del pecador.

Nosotros otorgamos el perdón a nuestros deudores y debemos darles a conocer este hecho, si ellos no responden al perdón, tienen un problema más con Dios, pero nosotros hemos actuado de acuerdo al carácter de Dios.

Cuando les decimos que hay disposición al perdón y buscamos la restauración de la comunión y no les acusamos y dejamos claro que no estamos reclamando, es más fácil enfrentar el conflicto por las dos partes. Dios producirá en él el deseo de restaurar al ofendido, pero esto solo ocurre cuando el ofensor ya está en comunión con Dios nuevamente, y todo será para la gloria de Dios y no para satisfacer a otro pecador ofendido.

CONCLUSIÓN.

El otorgar y el pedir perdón es un acto que debe ser motivado directamente por Dios en nuestro corazón, lo que no es así es del diablo y motivo de pecado.

Aquel que pide perdón sin la conciencia de la ofensa a Dios y al hermano peca por no amar a Dios primeramente y no amar a su prójimo como a sí mismo, y no puede estar bien en su vida cristiana.

Aquel que no perdona de acuerdo al carácter de Dios y no se compromete con la vida del ofensor, no está siguiendo el ejemplo de Cristo y no está teniendo el sentir que tuvo Cristo Jesús. Fil 2:4-7 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de otros. Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. Yo no soy importante, tú eres importante para mí. Me interesa tu vida.

Cuando practiquemos esto en la Iglesia experimentaremos que el amor en realidad cubre multitud de pecados. Meditemos y practiquemos el siguiente texto de la palabra de Dios:

Colosenses 3:12-13.

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro.


DEDICADO A TODOS LAS PAREJAS QUE CUMPLEN ANIVERSARIO DE BODAS


viernes, 1 de abril de 2016

PELICULA CUARTO DE GUERRA.- RECOMENDAMOS LA VEAN, TIENE UNA GRAN REFLEXION Y ENSEÑANZA.


25 ORACIONES POR TU MATRIMONIO,QUE TIENES QUE HACERLO DIARIAMENTE.



Nuestro matrimonio es el blanco perfecto para Satanás. Es por eso que debemos mantenernos alerta y orar por él cada día. Hoy te traigo 25 oraciones por tu matrimonio con sus respectivos versículos. 


                                                                                                      


Padre, oro para que podamos decirnos la verdad en amor en uno al otro, ser honestos y compartir abiertamente nuestros sentimientos el uno con el otro (Efesios 4:15, 25)

Padre, oro para que nuestro matrimonio te glorifique en cada aspecto de nuestra vida diaria  (1 Corintios 10:31)

Ayúdanos a cada uno a cumplir con Tu voluntad para el matrimonio, que cada uno de nosotros pueda cumplir con su papel (Colosenses 3:18-19)

Padre, bendice y fortalece nuestro matrimonio en medio de la presión y los problemas de nuestra vida, que podamos encontrar nuestra fuerza en Ti (2 Corintios 12:9)

Ayúdanos a ser agradecidos con lo mucho o poco que quieras darnos (1 Tesalonicenses 5:18)

Padre, protege nuestro matrimonio de los ataques de Satanás. Líbranos del mal y de sus planes destructivos. Ayúdanos a orar el uno por el otro, por nuestra familia y a velar juntos por la protección de nuestra familia (1 Pedro 5:8)

Padre, permítenos encontrar deleite y gozo el uno en el otro (Proverbios 5:18)

Padre, te ruego que nos ayudes a profundizar nuestra amistad y confianza el uno con el otro, a ser uno el sostén del otro en los tiempos de angustia (Proverbios 17:17)

Padre, te ruego que Tu poder sostenga y dé estabilidad a este matrimonio. Que podamos confiar en Ti y en Tu voluntad para nosotros (Jeremías 32:17)

Padre, te ruego que nos ayudes a recordar que somos una sola carne (Génesis 2:20-24)

Oro para que seamos ser amables y amorosos el uno con el otro, perdonándonos de la misma forma que Cristo nos perdonó a nosotros (Efesios 4:32)

Ruego que podamos ser sensibles a las necesidades de cada uno. Que podamos ministrarnos y servirnos el uno al otro en cada área de nuestra vida (Mateo 20:28)

Dios, crea en nosotros el deseo de satisfacernos el uno con el otro (Proverbios 5:19-20)

Danos un corazón que te busque y que te sirva todos los días de nuestra vida (Salmo 63:1)

Señor, danos sabiduría para manejar nuestras finanzas y ser buenos mayordomos de lo que nos has dado (Proverbios 3:9-10)

Danos un corazón que te ame y que ame también a las personas a nuestro alrededor como a nosotros mismos (Mateo 22:37-40)

Padre, que seamos obedientes a Tu Palabra a la hora de construir nuestras vidas, nuestro matrimonio y nuestra familia en Tu verdad. Que podamos leer y orar juntos cada día (Salmo 119:97)

Señor, ayúdanos…

…A ser pacientes el uno con el otro en todas las circunstancias de nuestra vida (1 Corintios 13:4)

…A ser amables el uno con el otro en los altibajos de nuestra vida juntos (1 Corintios 13:4)

…A no dejar que los celos o la envidia ganen terreno en nuestra relación (1 Corintios 13:4)

…A que siempre busquemos lo que es mejor para nuestra relación y nos digamos la verdad en cada momento (1 Corintios 13:5)

…A que compartamos los problemas y el peso de cada uno (1 Corintios 13:5)

…A que apartemos cualquier sentimiento de egoísmo de nuestro matrimonio y a no guardar rencor (1 Corintios 13:5)

Danos un amor que soporte todas las cosas, crea todas las cosas, espere todas las cosas (1 Corintios 13:7)

Padre te pido que nuestro amor del uno por el otro nunca deje de ser (1 Corintios 13:8)
BENDICIONES Y PAZ AMADOS HERMANOS.






viernes, 11 de marzo de 2016

PELICULA A PRUEBA DE FUEGO


PACTO CON DIOS HICIMOS TU Y YO.


CONSEJERIA CRISTIANA MQV.- TEMA:Los Mitos de la Vida Sexual

Los Mitos de la Vida Sexual

Como matrimonios cristianos hemos sido llamados a disfrutar cada faceta de la vida conyugal, incluso la vida sexual. Eliminemos de nuestra mente aquellos mitos que pretenden desviarnos del plan matrimonial divino
Hacia una sana sexualidad matrimonial
En Génesis 2:25 leemos: “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”. Para que nos imaginemos el cuadro, estamos en el tiempo de la creación, donde Dios hizo todas las cosas y coronó a la creación con el hombre y la mujer.
Una vez que Dios creó al hombre y a la mujer, los unió y estipuló la vida matrimonial como algo valioso e importante de la vida. A partir de allí, el hombre y la mujer podrían caminar juntos y disfrutar de toda clase de intimidad, incluso de intimidad sexual.
La frase “estaban ambos desnudos…y no se avergonzaban” da la idea de la aprobación de Dios de la vida íntima sexual. No hay lugar para la vergüenza en la intimidad sexual cuando se la disfruta dentro de los límites establecidos por Dios, que es el matrimonio.
La intimidad sexual matrimonial fue destinada a ejercerse no solo para la procreación, sino también para el deleite y la unión mutua conyugal.
Si los cónyuges no disfrutan de una vida sexual sana y gratificante dentro del matrimonio, esto puede dar lugar a serias divisiones, disputas e incluso la separación del matrimonio. Cuando uno o ambos cónyuges no lograron descubrir las claves ni los secretos de una vida sexual sana y gratificante, la intimidad sexual puede llegar a convertirse en un verdadero infierno.
Al hablar con algunos hijos de padres con problemas sexuales, ellos nos decían: “La puerta del dormitorio estaba cerrada, pero en la noche nos torturaba escuchar que discutían por el sexo”. Es lamentable que el dormitorio se transforme en un campo de luchas y riñas cuando en realidad debería ser un lugar de paz, regocijo y deleite.
Para evitar esta y otras consecuencias, es necesario hablar brevemente de ciertos mitos que existen sobre la vida sexual, aún dentro de los círculos cristianos, los cuales debemos eliminar si deseamos experimentar una sana sexualidad matrimonial:
Mito Nº 1: La figura
Existe lo que yo llamo “la escuela de la calle”, la cual pretende mostrar el modelo para una buena sexualidad. Cabe destacar que ese modelo está fundado en la bajeza humana y no en los principios divinos. La buena figura, ya sea musculosa en el varón o voluptuosa en la mujer, no garantiza en absoluto una “mejor vida sexual”.
Además, el problema que surge del modelo del mundo es que cuando la mujer con algunos kilos de más o cierta adiposidad se mira al espejo, automáticamente, se compara con ese “modelo”. Eso echa abajo su autoestima y pone en ella pensamientos engañosos. Entonces empieza a pensar que no es atractiva para su esposo, que como mujer es un fracaso y que es imposible que en ese estado pueda disfrutar de una buena sexualidad con su marido. Está comprobado que unos kilos de más o cierta adiposidad no son impedimentos para disfrutar de una sana sexualidad matrimonial.
Mito Nº 2: La edad
Generalmente, se asocia la vitalidad sexual solo para los años de juventud, con la idea de que cuando uno “es viejo” ya no puede disfrutar de una sana sexualidad con su cónyuge. Hasta nos parece vergonzoso pensar que las personas de edad todavía disfrutan de una intimidad sexual. El sexo no tiene edad y forma parte de toda vida matrimonial saludable. Existen muchas mujeres piadosas que se quejan de sus maridos, porque “a su edad” todavía quieren seguir disfrutando de la intimidad sexual. Otras, consideran que ya no tienen “edad” para satisfacer sexualmente a su marido y se anulan sexualmente. Otras consideran a su marido que ya está viejo “para eso”, y esa falsa idea puede dar lugar a que ese hombre vaya a buscar afuera lo que debería tener dentro de su casa y con su esposa.
Mito Nº 3: El tamaño
Por todos los medios somos saturados por el tamaño grande de las cosas, incluso en el área sexual. La escuela de la calle o “pornografía” ha corrompido la mente de la gente al mostrar imágenes de hombres con miembros viriles grandes y mujeres con senos y traseros prominentes, como parámetro de un hombre “macho” o viril y una mujer “apasionada”. Dios ha diseñado a cada uno con una figura única y características distintivas, de tal manera que cada hombre y cada mujer pueda encontrar a su pareja y ser sexualmente felices con las características distintivas de cada uno. Es necesario que extirpemos de nuestra mente lo que la escuela de la calle nos quiere inculcar, porque la meta del enemigo es hacernos caer en comparaciones y sentimientos de inferioridad y, asimismo, poner en nosotros la necesidad de buscar experiencias sexuales extramatrimoniales con el modelo de hombre y mujer que nos muestra el mundo.
Mito Nº 4: La experiencia previa
Las cosas han cambiado mucho en este mundo. Antes un joven conocía a una muchacha y primero se hacían amigos. Luego se gustaban y comenzaban una relación de noviazgo en un marco de pureza y respeto sexual. Más adelante se comprometían, luego se casaban y recién allí comenzaban a practicar la vida sexual. ¡Hoy se comienza directamente por la práctica sexual y se considera que es bueno y necesario “para ver si la relación funciona”! En la actualidad, la sociedad se burla de aquellos que no han tenido experiencia previa.
La experiencia previa sexual deja marcadas a las personas para toda la vida a menos que intervenga Cristo y borre las imágenes vistas y las sensaciones vividas, que en gran medida son causantes de problemas entre los cónyuges. Muchos hombres insatisfechos le dicen enojados a su esposa: “Con ella era diferente. Ella sí me hacía disfrutar”. O las mujeres le dicen despechadas a su marido: “Él era menos egoísta que tú”.
La experiencia previa no garantiza una sana sexualidad matrimonial. Si no lo cree, ¡mire a su alrededor y observe cuántas personas frustradas sexualmente caminan por este mundo!
Como matrimonios cristianos hemos sido llamados a disfrutar cada faceta de la vida conyugal, incluso la vida sexual. Eliminemos de nuestra mente aquellos mitos que pretenden desviarnos del plan matrimonial divino… ¡y disfrutemos de la vida sexual conyugal como Dios manda!
BENDICIONES Y PAZ AMADOS HERMANOS.


TEMAS DE ENSEÑANZAS MQV.- PARTE 3.- SI DIOS PERDONA NUESTROS ERRORES

Cómo Resolver los Conflictos Matrimoniales.- PARTE 3

Si Dios perdona nuestros errores – y valga decir que cometemos muchos cada día--, y de paso ofrecernos una nueva oportunidad, igual debemos hacerlo nosotros. También esto es lo que aprendemos de las enseñanzas del apóstol Pablo: “Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.(Efesios 4:32).
Recuerdo el caso de una joven mujer que, pese a los ruegos de su marido, se negó a perdonarlo. Es más, llegó el momento en el que literalmente le echaba de casa. La situación se tornó insostenible hasta que él decidió marcharse. Luego era ella quien estaba buscando restablecer la relación, la que dicho sea de paso, se resquebrajó totalmente. El orgullo no es buen consejero, ni ahora ni nunca. Además, no aprendimos de Dios sobre el rencor sino sobre el amor y el perdón.
Al respecto cabe recordar lo que enseña el autor y conferencista, Gary Rosberg: “Es trágico que la mayoría de las parejas no tienen idea de cómo tratar las ofensas y de cómo recuperar la salud en las relaciones en su matrimonio. ¿Por qué? Porque pocos han aprendido a manejar las desilusiones. Entonces, en lugar de sanar la herida, permiten que sus corazones se endurezcan y, los problemas y frustraciones, quedan sin resolver"



No podemos olvidar jamás que nuestro matrimonio es muy valioso, por encima de las dificultades que haya. Dios creó la familia, ama la familia, cuida de la familia y —sin duda— nos ayuda a resolver los problemas que surjan al interior del hogar.
BENDICIONES Y PAZ AMADOS HERMANOS.

TEMAS DE ENSEÑANZAS MQV.- PARTE 2.- DISPONIENDONOS PARA EL PERDON

Cómo Resolver los Conflictos Matrimoniales-PARTE 2

Disponiéndonos para el perdón
Cuando tenemos dificultades como pareja, generalmente creemos que somos quienes más vulneración y ofensas han sufrido. Se trata, por supuesto, de una percepción muy subjetiva. La realidad es que no importa cuántas veces ha sido ofensor o víctima, lo importante es reconocer que también hemos ofendido y lastimado a nuestro cónyuge y necesitamos pedir perdón y perdonar con humildad y mansedumbre.
La autora, Dora Tobare, en su blog define el perdón no como abrir espacios para que nos sigan atropellando emocionalmente, sino para resolver los conflictos que minan la relación de pareja: “Perdonar no es aceptar lo inaceptable ni justificar males como maltratos, abusos, faltas de solidaridad o infidelidades. Tampoco es hacer de cuanta que no ha pasado nada. Eso sería forzarnos o ignorar la realidad y a acumular resentimientos. Igualmente, perdonar no es tratar de olvidar lo que me han hecho, pues siempre es bueno aprender de lo vivido. Perdonar es sobre todo liberarse de los sentimientos negativos y destructivos, tales como el rencor, la rabia, la indignación, que un mal padecido nos despertó y optar por entender que está en mis manos agregarle sufrimiento al daño recibido o poner el problema donde está: en la limitación que tuvo mi cónyuge de amar mejor, en una determinada circunstancia.”. El asunto es claro: Perdonar es ante todo, liberarnos de una pesada carga.
¿Qué si las ofensas han sido graves? Por supuesto no lograremos que la sanidad interior se produzca el mismo día. Recuerde que quien debe intervenir para sanar las heridas es nuestro Señor Jesús, quien toma nuestras cargas y nos libera de todo peso de rencor o resentimiento (Mateo 11:28, 29; Isaías 53:4).
El primer paso, entonces, es que Dios ministre sanidad en nuestro mundo interior. Esto lo hacemos en oración, en intimidad con Él. Un segundo paso es disponer el corazón. Abrirnos a la posibilidad de perdonar y mostrar esa actitud perdonadora al cónyuge.
Las crisis en el matrimonio pueden llevarnos a la separación
Cuando Dios haya abierto las puertas, en una tercera fase, está el confrontar—sin ánimo de polemizar o abrir nuevas heridas—en dónde estamos fallando mutuamente. Es un proceso en el que nos ayuda Dios. El círculo se cierra con la restitución que debemos hacer por las ofensas, y que parte de un compromiso decidido—delante del Señor—de no incurrir en los mismos errores otra vez. ¡Dios desea ayudarnos en todas las etapas!
Debemos perdonar al cónyuge
Perdonar no es fácil pero sí muy necesario: Perdonar al cónyuge cuando nos ha causado daño. ¿Por qué se torna difícil? Por las heridas emocionales que desencadenan las faltas de respeto graves, juicios injustos, violencia verbal o física, maltrato, traición, engaños y cosas por el estilo, son frecuentes en muchos matrimonios y son a la vez muy difíciles de perdonar.
Es posible que su pareja no haya medido el alcance de la ofensa o quizá se le dificulta pedir perdón. Puede ver el asunto como alto previsible o normal. Ese comportamiento inconsciente genera aún más resentimiento en la víctima.
La verdad es que la gran mayoría de matrimonios sin distingo del nivel espiritual somos susceptibles a conflictos y heridas emocionales que afectan sus relaciones. Una persona víctima de violencia doméstica agresiva, debe buscar ayuda de inmediato con un familiar o una amistad cercana y llamar a las autoridades respectivas.
No debe permitir que pase más de una vez, porque si lo hace, el agresor interpreta que usted nunca le acusará y se sentirá alentado a continuar el abuso.
Si usted ha sido víctima de heridas no violentas, pero muy dolorosas emocionalmente, debe aprender a perdonar y liberarse de los pensamientos negativos que pueden provocar los rencores no resueltos. Estamos llamados a perdonar, y algo más: bendecir a nuestra pareja. Recuerde lo que enseña el apóstol Pedro: “No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición” (1 Pedro 3:9)
La naturaleza de Dios es el amor, la misericordia y el perdón, como enseña el apóstol Juan: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)



TEMAS DE ENSEÑANZAS MQV.- PARTE 1.- PARA APLICAR EN NUESTRAS VIDAS

TEMA: Cómo Resolver los Conflictos Matrimoniales

Cuando emprendemos el noviazgo, no se ve sino lo bueno de cada uno de los componentes de la pareja. De hecho, todo nos parece maravilloso en la otra persona. Lo complejo se produce cuando pasa el tiempo y comprobamos que sí hay fallas, conductuales o de palabras, que terminan generando heridas. Y esas heridas emocionales van agigantándose conforme pasa el tiempo y llevan al resquebrajamiento de la unión.
Uno de los problemas más frecuentes en la relación de pareja son las ofensas mutuas, que terminan por resquebrajan y posteriormente desmoronar la relación matrimonial. Los especialistas coinciden en asegurar que producen—a la postre—el distanciamiento y divorcio emocional, previo a la separación.
Nuestro propósito permanente debe ser identificar dónde hay fallas en la relación conyugal, y disponer el corazón para el perdón. Al respecto cabe citar al autor, Gary Rosberg, cuando escribe: “Lo que queremos lograr, como matrimonios y como pareja, es lograr el compromiso de tratar el dolor y el enojo, de resolver los conflictos, de perdonar al ofensor y de renovar la relación. La meta es llevar la relación a un nivel de sanidad, de apertura, de unidad que te ayude a ser aceptado y conectarte de nuevo en la relación.”(Gary y Bárbara Rosberg. “Matrimonios a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. EE.UU. 2002. Pg. 80)
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Como familia nos integramos para crecer juntos, vivir momentos gratificantes, enfrentar dificultades y salir airosos con ayuda de Dios. ¿Qué ocurre cuando hay dificultades? Primero, comprender que son apenas previsibles en la pareja, pero en segundo lugar, orar a Dios que no se contamine nuestro corazón con resentimiento y rencor (Cf. Proverbios 4:23), producto de las ofensas que a veces recibimos o generamos, en algunos casos de manera inconsciente.
Pues bien, como matrimonio contribuimos a satisfacer las necesidades espirituales, emocionales y físicas del otro, prodigar respeto y honra como lo pedimos también, aprender a convivir en pareja (Cf. Romanos 12:10, 18), y tener la suficiente madurez para reconocer que es necesario dar de nuestra parte para que la relación sea sólida.
De la ofensa al dolor
Cuando decimos algo inapropiado a nuestra pareja, le ofendemos. Pueden ser palabras o gestos los que terminan causando dolor. Estos incidentes terminan sembrando tristeza, desaliento y en ocasiones, distanciamiento en clara contravía de nuestro mayor compromiso: desarrollar la relación matrimonial y sentar las bases para su sostenibilidad en el tiempo.
Los matrimonios hoy día se ven amenazados por los vientos de divorcio. ¿Qué si provenimos de un hogar disfuncional donde hubo separación? Nos corresponde romper esa cadena y evitar que ese ciclo destructivo se repita en nuestra relación de pareja. Recuerde los tres pasos del conflicto:
  1. Ofensa (Motivo)
  2. Dolor (Reacción)
  3. Enojo (Consecuencia)
El enojo es el nivel más alto, pero Dios nos enseña que debemos aprender a manejarlo y no incurrir en pecado (Efesios 4:26) Tenemos la opción de seguir guardando el enojo y no decir nada, hasta que inevitablemente estallamos, o disponernos con ayuda del Señor, a perdonar la ofensa. La forma como percibimos las ofensas varía en cada uno y depende, fundamentalmente, de la crianza, valores, enseñanzas que hemos recibido e incluso, la forma como nuestros padres reaccionaban ante la ofensa, lo que a su vez nos marca.

miércoles, 2 de marzo de 2016

CONSEJERIA CRISTIANA MQV.- TEMA DE REFLEXION: “LA FORNICACIÓN” (Parte I)

TEXTO: 1 CORINTIOS 6: 18-19


A lo mejor es un tema que no es muy popular o que no se escucha muy espiritual que se diga, pero es necesario tener conocimiento sobre este tema.
Que yo recuerde este tema casi nunca se habla en nuestras iglesias o casi nunca nos orientan a nosotros los jóvenes sobre como evitar caer en este pecado.
Quizá tu dirás ¿Este tema no va conmigo?, y a lo mejor tengas razón, pero debes de entender algunas de las consecuencias o efectos de caer en este pecado, para que en momento determinado puedas dar una palabra de sabiduría a alguna persona que este cayendo en este error.
También pueda darse el caso que estés cayendo en este pecado y te has acomodado a tal punto, que es algo rutinario para ti y ni siquiera sientes una pizca de arrepentimiento.
Es por esa razón que quiero dedicar este tema a todos aquellos que en algún momento de debilidad espiritual se dejaron llevar por los placeres de la carne cayendo en este pecado y por consecuencia están estancados sin saber que hacer para salir de el. Esas personas que saben que están cometiendo este pecado y no pueden salir de el porque el enemigo los ha atado con cadenas muy fuertes.
Es difícil hablar de este tema porque no es un tema muy agradable para el oído, pero créeme que muy importante el tener conocimiento de el, para no caer en el error. También es difícil en tan poco tiempo abarcar todos los aspectos de este tema, pero en una manera sencilla y práctica tratare de explicarte.
DEFINAMOS, ¿QUÉ ES FORNICACIÓN?
• La fornicación (del latín fornix, bóveda, aludiendo a los locales donde ejercían las prostitutas) es todo tipo de relación sexual no matrimonial. En forma general, el acto de toda relación sexual ilícita, se denomina fornicación.
• Según el Diccionario de la Lengua Española, Fornicar. (Del lat. fornic?ri). Tener ayuntamiento o cópula carnal fuera del matrimonio.
• La Fornicación es cuando ocurre un intercambio sexual íntimo entre dos personas que no están casadas. En otras palabras, Fornicación es Sexo fuera del matrimonio.
¿CÓMO SE CAE EN LA FORNICACIÓN?
Muy bien ahora que ya definimos lo que significa Fornicación, voy a presentarte algunas de las razones por las que puedes caer en fornicación. Quiero aclarar que me voy a enfocar mas hacia la fornicación entre los jóvenes, es por eso que las situaciones que voy a exponer son situación que entre los jóvenes pueden pasar.
Hay tres en especial de las cuales quiero hablar:
Cuando en un noviazgo se pierde el respeto: me quiero detener un momento en este punto, pues cada semana recibimos muchas cartas de jovencitas o jovencitos que en sus noviazgos se han perdido el respecto estando a punto de caer en la fornicación, y en otros casos cayeron en fornicación.
Mira si tu novio(a) realmente te ama, querrá esperar hasta el matrimonio para tener sexo contigo, en Cristo no tiene valor la frase: “si me amas demuéstramelo” (esto para tener relaciones sexuales), en el cristianismo la frase tendría que ser: “si me amas, te esperaras”.
Jóvenes no permitamos que el respeto se pierda en los noviazgos, jovencita no permitas que tu novio te manoseé, ni muchos menos que toque partes intimas tuyas. No tengas temor de decirle que se detenga, no creas que si lo haces el o ella ya no te querrá, es mejor que se aleje de ti, que de robarte una de las cosas mas preciadas que Dios te ha regalado que es la virginidad.
Por otra parte si eres un varón y tu novia te esta insinuando constantemente el hecho de tener relaciones o las caricias están llegando a limites de casi tener sexo, es mejor que huyas, como lo hizo José, eso no quiere decir que eres del sexo contrario ni que te falta hombría, eso quiere decir que eres un hijo de Dios que quiere ser fiel en medio de un mundo infiel. No te sientas comprometido a realizar algo que sabes muy bien que ofenderás a Dios.
Lo mas recomendable en el caso que en un noviazgo se pierda el respeto es:
1. Hablar con tu novio(a) que no son correctas las caricias que están habiendo.
2. Mejorar la relación personal de Dios de cada uno, porque si las caricias se están pasando es señal que el porcentaje espiritual esta bajo.
3. Evitar todo contacto físico que puede llevarte a caer en el pecado.
4. Si eso persiste evita también el estar a solas con tu novio(a), es una de las recomendaciones que te permitirá no caer en este tipo de errores.
5. Por ultimo algo muy importante: No hagas nada que no hicieras si Jesús estuviera en persona frente a ti mirándote.
6. Y si aun todo esto no funciona, lo mejor es orar a Dios pidiéndole dirección si la persona que tienes como novio(a) realmente es la que el te esta dando o no es el(ella), porque si realmente es la persona que Dios te dio entonces te respetara y te esperara todo el tiempo que sea necesario.
Cuando nuestra mente se llena de imágenes sexuales: si eres una persona que no evitas el observar imágenes de sexo, entonces estarás mas propenso a caer en la fornicación. Si estas observando pornografía en canales de televisión, revistas o en el Internet, tu mente se llenara de tantas imágenes y tu cuerpo de deseos carnales. No esperes que si tu mente se llena de pornografía tu cuerpo no sentirá nada. Muchos incurren en la masturbación, en pocas palabras una simulación de sexo en el también es un pecado, pues estas satisfaciendo los deseos de la carne antes que los del Espíritu. Una persona que esta atada a la masturbación es una persona que a las primeras de cambio querrá tener sexo con su novia, o con cualquier mujer para satisfacer sus instintos sexuales.
Por presión de nuestros “amigos(as)”: Muchos jóvenes cae en fornicación por presión, en las escuelas, colegio o universidades, siempre habrá presión y verán el sexo como algo normal y que puedes realizar cuando tu quieras y con quien tu quieras. Algo que realmente va en contra de los principios celestiales pues el plan de Dios es que nos guardemos para el matrimonio. Aquel que “amigo” que te presiona a tener sexo no es tu amigo, porque un amigo nunca querrá la perdición espiritual de ti.
CONSECUENCIAS DE LA FORNICACIÓN.
Definitivamente tenemos que tener algo muy claro: “Los Fornicarios no entraran al reino de los cielos”, (1 Corintios 6: 9-10). Cuando habla sobre los Fornicarios habla sobre aquellas personas que están practicando la fornicación deliberadamente, es decir que viven acomodados a ese pecado sin haber en ellos un arrepentimiento. Por otro lado también puede ser el caso de una persona que aunque no practica a menudo este pecado, lo halla cometido y aun no se ha arrepentido.
La fornicación sin lugar a dudas es un pecado que te roba autoridad de Dios, que te hace sentirte sin valor y que no te dejara prosperar en el Señor.
Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado, es decir que Dios tiene siempre una nueva oportunidad para ti, para que puedas arrepentir de los actos con que lo estas ofendiendo, a lo mejor puedes decir: “es mi vida y hago con ella lo yo quiero”, esta muy equivocado, la Biblia dice que somos templo y morada del Espíritu Santo y que nuestro cuerpo le pertenece a Dios.
Entre las consecuencias de la Fornicación podemos citar:
1. Un embarazo no deseado, muchas chicas por “probar” que se siente tener sexo han quedado embarazadas, trayendo al mundo un hijo que no deseado que no tiene la culpa de los actos irresponsables de sus padres.
2. Una enfermedad venérea, muchos al practicar la fornicación deliberada, asisten a lugares en donde lo que encontraran será una enfermedad que puede atentar contra su vida, otros guiándose por sus instintos sexuales tienen sexo con cualquier persona, sin saber cuales son los pasos en los que esa persona anda.
3. Perdida de la autoridad de Dios, hablando espiritualmente la fornicación te hará ir perdiendo la autoridad de Dios progresivamente, Dios no tendrá al injusto por justo, la Biblia dice que el Ojo de Jehová esta en todas partes y El sabe muy bien en lo que tu andas.
4. Perdida de Privilegio, muchos grandes servidores han caído en fornicación y por lo consiguiente no han podido seguir llevando a cabo los privilegios que en su congregación tenían, echando a perder todo el esfuerzo que un día hizo por llegar hasta donde estaba.
5. La peor consecuencia de la Fornicación es, perder la gracia de Dios y no entrar en el Reino de los Cielos, pues la Biblia es clara en decir que los fornicarios no tendrán entrada en el Reino de los Cielos.
Es una lastima perder la eternidad por unos minutos de placer carnal, es una lastima batallar tanto tiempo por un momento de satisfacción. Pienso que no vale la pena perder todo lo que Dios nos ha dado, por un momento en el que nuestra carne es atraída a cometer el pecado.
Tienes que entender algo, cuando venimos a Cristo nuestro espíritu y nuestra alma son renovados, pero nuestro cuerpo sigue siendo el mismo, es decir que los placeres y deseos siempre estarán ahí, pero nuestro espíritu que es el que esta en comunicación constante con Dios nos dará la fortaleza para poder resistir todo ataque del enemigo.
A continuación te exponga algunas preguntas con su respectiva respuesta sobre este tema:
¿Qué hacer si estoy a punto de caer en la Fornicación? R/ ¡¡¡Huye!!!, el huir del pecado es Bíblico y el mejor ejemplo es José, también Pablo le decía en una de sus cartas a Timoteo: “Huye de las pasiones juveniles”, huir del pecado es lo mejor que podemos hacer, es decir que si tu sabes que estas apunto de caer en el pecado ¿Qué estas esperando para irte de ese lugar?, Dios te recompensara al no caer en el pecado y te sentirás orgulloso(a) de no haber fallado, por el contrario si accedes al pecado, te sentirás culpable y el enemigo mandara a tu mente tantos pensamientos negativos que no te dejaran prosperar en tu vida espiritual.
¿Si mi novio(a) me dice que me ama y que por eso quiere tener sexo conmigo? R/ Si te ama te esperara, y si te ama también te respetara, el amor va mas allá del sexo, el amor no es solo carisias y contacto físico. Si tu entiendes eso te darás cuenta que el amor es compresión, respeto, paciencia, bueno para no hacértelo mas largo 1 Corintios 13.
¿Qué hacer si ya cai en Fornicación? R/ no voy a juzgarte, pues ni Jesús lo haría, pero si ya caíste en la fornicación, debes de pedir perdón a Dios y renovar tu pacto con El, pero ese arrepentimiento no puede ser solo de labio, sino un arrepentimiento de todo tu corazón, toda tu alma y todo tu ser, en pocas palabras es: estar totalmente arrepentido de tu acto y convencido que le fallaste a Dios por lo cual buscas su perdón pues jamás lo volverás a cometer. Un de los pecados que no se perdonan son los que no se confiesan, si tu nunca confiesas tus pecados delante de Dios no encontraras perdón. Una de las cosas que tienes que entender es que si le pediste perdón a Dios con todo tu ser, debes sentirte perdonado(a) no puedes martirizarte pensando cada día en el error que cometiste, debe entender que cuando Jesús te Perdona, es un perdónTOTAL, sin reclamos ni resentimientos. Tu mente humana no entenderá el perdón de Dios, pues el amor de El sobrepasa nuestro entendimiento.
¿Qué hacer si la fornicación se ha vuelto en mi una atadura que no puedo superar? R/ No hay obstáculo que no se pueda superar, porque sino la palabra de Dios fuera mentirosa, Filipenses 4:13 dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, pero un momento, debes de entender paso a paso este versículo y no utilizarlo como un amuleto, frase o cosa semejante. Dice: “TODO” y todo es TODO, “LO PUEDO”, en pocas palabras puedes hacerlo, pero ¿Cómo?, “EN CRISTO”esta parte es la mas importante, “EN CRISTO” es decir que para estar en Cristo tienes que tener un comunión con el, claro que no podrás si has dejado de orar, de leer la Palabra, de congregarte o servir, pues no estarás en Cristo, estar “EN CRISTO” va mas halla de congregarte, es tener una comunión verdadera con Él, es depender de Él y confiar en Él pues Él te“FORTALECE”. Mientras tu no estas en Cristo, no podrás superarlo, tienes que rendirte a ti mismo, reconocer tus debilidades y someterte a Dios, en pocas palabras buscarlo con un corazón sincero.
CONCLUSIÓN:
Amigo que me lees o me escuchas, debes entender que la fornicación es un pecado que te ata y que quiere robarte toda la bendición de Dios, es necesario que te arrepientas de todo corazón y con toda sinceridad puedas llegar delante de tu Padre Celestial para que el pueda renovarte.
Esto no es un juego, sino mas bien es algo de vida o muerte y vida eterna o muerte eterna, es por eso que termino con lo que la Biblia dice acerca de la Fornicación:


“Huid de la Fornicación” 1 Corintios 6:18